Martha Stella Ospino-Rodríguez.
Cuando
se van a entrevistar un niño, niña o adolescente, presunta víctima de abuso
sexual, se deben emplear protocolos de entrevista para eliminar aquellas
técnicas que son explícitamente sugestivas o que perjudiquen la exactitud de la
declaración por algún otro motivo (evitar preguntas tendenciosas, un lenguaje
evolutivamente inapropiado y el feedback sugestivo), además con procedimientos
adecuados para estimular las narraciones de los niños (Cantón, y Cortés, 2008 y
Espinosa, 2011). Todos los protocolos
insisten en que se debe seguir una determinada secuencia y que deben ser
llevados a cabo por profesionales especializados.
La
mayoría de los autores coinciden en la necesidad de realizar grabaciones y
transcripciones de los relatos dados por los niños, niñas y adolescentes presuntamente
abusados. Como dice Vásquez (2005) “es
imprescindible que la entrevista se grabe, a ser posible en vídeo. Esto permite
examinar posteriormente si la entrevista se ha hecho correctamente, poder
registrar de forma literal el contenido y elaborar la transcripción. Además se
evita que el menor sea sometido a interrogatorios posteriores, reduciendo así
su victimización secundaria” (2005, p.129).
Como docente universitaria, estoy convencida que todo profesional
comprometido con su labor está en continúo aprendizaje. Si se graban las entrevistas, no solo sirve
para el proceso sino para el perfeccionamiento profesional. Se puede estar laborando en una institución y
realizar miles de entrevistas a niños, niñas y adolescentes presuntamente
abusados, pero si no se revisa lo que se hace, se pueden repetir y perpetuar
errores y malas praxis en detrimento de las víctimas y los procesados.
De acuerdo con la literatura científica los protocolos
más usados para entrevistar víctimas de presunto abuso sexual son: la entrevista cognitiva, el Protocolo Nichd, el
protocolo de entrevista forense de Michigan o guía de Poole y Lamb, el
Protocolo SATAC , la entrevista paso a paso o step wise, la elaboración
narrativa, el protocolo del Centrer for Child Protection (CCP), el Protocolo
del National Children’s Advocacy Center (NCAC), el Memorandum of Good Practice,
la guía American Professional Society on the Abuse Children, , entre otros
(Arce y Fariña, 2006; Cantón, y Cortés, 2008; Espinosa, 2011; Godoy e Higueras,
2005; Manzanero, 2010; Perona, Bottoms y Sorenson, 2006; Sierra, Jiménez y
Bunce, 2006; Súarez, 2004; Vásquez, 2005
y Vásquez y Catalán, 2011). Haré
referencia a los cinco primeros protocolos dado que son los más conocidos y
empleados en Colombia.
La entrevista cognitiva, cuyo mayor auge lo tuvo en
los años noventa, según Memon y Köehnken (1992, citado por Manzanero, 2008)
consta de tres etapas:
1.
Crear un
ambiente propicio
2.
Solicitar
el relato libre de lo sucedido.
3.
Aplicación
de las técnicas de recuperación de la memoria.
Estas técnicas consisten en: (a)
“Reinstauración cognitiva del contexto, que consistirá en tratar de
poner al testigo mentalmente en la misma situación física y mental que cuando
ocurrió el suceso” (Manzanero, 2008, p. 142).
(b) Focalización del recuerdo, es decir se ayuda al testigo a
concentrarse en lo que está describiendo y, (c) Recuperación extensiva a través
del cambio de perspectiva y del recuerdo de los hechos desde diferentes puntos
de partida como por ejemplo cambiando el orden.
Esta técnica ha mostrado, a través de la
investigación, diversos inconvenientes; adicionalmente, requiere un
entrenamiento muy riguroso para logar aplicarla de manera idónea. En Colombia no son muchos los psicólogos
forenses que la utilizan en sus entrevistas a presuntas víctimas de abuso sexual.
El protocolo NICHD, tomó su nombre de la entidad en
que fue desarrollado: el National Institute of Child Health and Human
Development, consta de 18 pasos, los cuales son:
1. Presentación
de las partes y sus funciones.
2. La cuestión
de la verdad y la mentira.
3. La
construcción del rapport.
4. Un muestreo
del lenguaje.
5. Describir
un suceso importante reciente.
6. La primera
narración explicativa del suceso alegado.
7. Explicación
del último incidente (si ha informado de múltiples incidentes).
8. Realizar
preguntas aclaratorias.
9. Hacer
preguntas abiertas complementarias sobre el último incidente.
10. Narración
del primer incidente.
11. Preguntas
indicio sobre el primer incidente.
12. Preguntas
abiertas/cerradas complementarias sobre el primer incidente.
13. Narración
de otros incidentes que el niño también recuerde.
14. Preguntas
aclaratorias.
15. Preguntas
directas complementarias sobre el incidente.
16. Planteamiento
de preguntas conductivas sobre detalles importantes desde un punto de vista
judicial y que el niño no hubiera mencionado.
17. Invitación para que aporte cualquier otra
información que estime oportuna.
18. Volver a un
tema neutro.
Este protocolo tiene la ventaja de tener filtros
que le permiten al entrevistador obtener precisión en lo relatado por el niño,
niña o adolescente a través de las preguntas aclaratorias.
El protocolo SATAC, también conocido como RATAC por
sus siglas en inglés, toma su nombre de las cinco etapas de que consta:
1.
Simpatía.
2.
Identificación
Anatómica: Anatomía.
3.
Preguntas
sobre Tocamiento: Tocamiento.
4.
Escenario
del Abuso: Abuso.
5.
Cierre.
No obstante, por definición, el SATAC es un proceso
semi-estructurado y se espera que estas etapas “se puedan modificar o eliminar
para tener en cuenta los aspectos relacionados con el desarrollo y/o la
espontaneidad de cada niño/a.” (Anderson et al,
2010, p. 202), sin embargo los cambios a las etapas deben estar
suficientemente sustentados. Este
protocolo ha recibido bastantes críticas, lo cual será tratado con mayor
detalle en otro escrito.
La entrevista paso a paso o step wise fue
desarrollada por Yuille y sus colaboradores y su formato global implica nueve
pasos básicos (Cantón, 2008):
1.
Construcción
del rapport.
2.
Pedir que
recuerde dos sucesos específicos.
3.
Explicarle
al niño la necesidad de decir la verdad
4.
Introducir
el tema objeto de la entrevista.
5.
Estimular
una narrativa libre.
6.
Plantear
preguntas generales.
7.
Plantearle
preguntas específicas.
8.
Utilización
de instrumentos de ayuda en la entrevista (si es necesario): “se pueden
utilizar dibujos y muñecos para clarificar la narración del niño, pero siempre
después de que éste haya terminado su narración” (Cantón, 2008, p. 132).
9.
Conclusión
de la entrevista.
El protocolo de entrevista forense de Michigan o guía
de Poole y Lamb fue creado por un grupo de investigadores en el año 1992 del
Estado de Michigan con base en los supuesto teóricos y de investigación de
Poole y Lamb (Espinosa, 2011) e incluye 9 etapas:
1.
Preparar el
entorno de la entrevista
2.
La
presentación
3.
Competencia
legal (la verdad/mentira)
4.
Establecer
las reglas de base
5.
Completar
el rapport con una entrevista de práctica.
6.
Introducir
el tema
7.
La
narrativa libre
8.
Interrogatorio
y clarificación
9.
Cierre
(Estado de Michigan, grupo de trabajo del gobernador para la justicia del
menor, 1993).
Como se dijo, este es uno de los protocolos, junto
con el NICHD y el SATAC que más se emplea en Colombia. Tiene como todos los demás protocolos, la
ventaja de preparar al niño, niña o adolescente para la entrevista y ser
desarrollado por etapas de manera que se va a
entrando al asunto de interés poco a poco.
Es necesario dejar claro que cualquier protocolo
que se decida utilizar requiere entrenamiento supervisado con el fin de
minimizar los errores durante las entrevistas que dejen en duda el testimonio
del niño, niña o adolescente, máxime cuando, como ocurre con el delito del
abuso sexual, puede ser la única prueba para demostrar que el delito ocurrió.
Para citar este
escrito según normas APA:
MS. Ospino-Rodríguez. (17 de marzo de
2014). ¿Cómo entrevistar a un niño, niñao adolescente presunta víctima
de abuso sexual? . [Mensaje en un
blog]. Recuperado de http://psicojuridicaforense.blogspot.com/.
REFERENCIAS
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Lashley, J; Miller, A; Olinger, S; Russell, A; Stauffer, J y Weigman, J. (2010). Protocolo RATAC para entrevistas
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Cantón, J. (2008).
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Cantón, J. y Cortés, M. (2008). Guía
para la evaluación del abuso sexual pirámide. 21. Ed., Madrid: Edición
Pirámide.
Espinosa, A.
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Godoy, V. y Higueras, L. (2005).
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Manzanero, A.
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Manzanero, A. (2010). Memorias
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Jurídica.
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